Suena el despertador hora y media antes de lo habitual en estos 3 días pasados. Buff que sueño y cansancio!! Pero no tiempo para remolonear. Hoy toca jornada de traslado entre islas y, no viniendo nada mal, jornada de descanso bicicletero. Ayer me pegué buena paliza y eso se nota.
Toca reordenar todo del nuevo. He estado 4 noches en una habitación de 2 yo solo. Muy agusto la verdad. Y eso se nota a la hora de relajarse con el orden extricto que hay que llevar cuando compartes sitio.
Desayuno rápido, compra de viveres básicos para el viaje y para el puerto con prisas que llego tarde.
Voy directo donde está el barco y lo primero que me encuentro es una valla y un tio ordenandome dirección al chekin. Que astuto soy pensando que esto es entrar al barco y ya. Hay que pasar mismos trámites que un aeropuerto, mas o menos.
Facturación de mochila grande, control de rayos X, bici dejada donde los coches y subo a cubierta. Pensaba que tenía que ir en cubierta todo el tiempo, pero no. Hay zona de butacas, cafeteria y servicios varios. Igual que los que van a Baleares. Echo un ojo a la cafetería y vuelvo a alucinar con la NO maldad a la hora de cobrar. Cafe con leche 1€, cerveza 0,80 cents, bocatas 2-3€. Me gusta! De donde vengo todo aquello que salga del tipico bar Manolo de barrio empiezas a ver incrementado los precios x 1, x2, x4, etc...y mas servicios de cafeteria de transportes.
Hace mucho viento frio para estar fuera. Aguanto hasta que pasamos por Candelaria, donde ayer vi mucho jaleo de bichos en el agua, esperando ver hoy, a nuestro paso, golfinhos (delfines). Nada, no ha habido suerte. Paso dentro, me tomo un café con leche con mis galletas de choco y caigo redondo a dormir. Había pedido una biodramina, que me habian dado amablemente, pero empiezo a dudar si es algún somnifero de elefantes. Me paso casi todo el camino dormilando en la comoda butaca sin rastro de bichos marinos entre sueño y sueño.
Llegamos a Terceira. Busco mi mochila entre las demás. La gente coge sus cosas y me quedo yo solo esperandola y asustado por no verla. Finalmente me dicen que voy a Velas (San Jorge) que ya me la darán allí. (Ufff...susto).
Me acerco a la población cercana en la hora y media que tengo de espera. Parecía mas cerca. Suerte que con la bici son 10 mins. Aprovecho a comer en un banco a la sombra y vuelvo a tiempo de embarcar en el siguiente barco.
Partimos. Esta vez me acomodo en la cubierta en unas butacas de cancha de baloncesto de polideportivo (así me lo parece). Cascos en orejas, musica reggae fluye por ellos y observo isla y horizonte en busca de bichos. Cansado de mirar al azul oceano aprovecho a plasmar en estas líneas la jornada de hoy. De repente llama Atte, descuelgo, levanto la vista y veo golfolinhos a lo lejos del barco. Pegando grandes saltos. Como yo de alegría de ver por fin golfinhos. Bieenn!!! Muy de lejos, pero para empezar bien.
Se nubla de repente, el axfisiante calor se torna a incomodo viento frio, saco chaqueta multiusos (en este caso paravientos) y continuo a la guradia, observando con el rabillo del ojo y escribiendo esto mismo.
Se me esta haciendo pelin pesado ya. Son las 21:30h. Hace 12h que salí de Ponta Delgada (San Miguel). Me estoy preocupando un poco. El hostel donde duermo no está en la ciudad principal. Está a 10 kms. Voy a llegar sobre las 23h. El desnivel que hay es de 200m. Eso significa, tal y como se las gastan aquí, subidas infernales (puedes subir los mismos metros en mas recorrido, poco a poco, o subirlos del tirón, como aquí). Y todo esto denoche y...x si fuera poco,cargado con todo el equipaje. Va a ser digno de ver y no digamos sufrirlo. Buufff, me da cosilla. Tendré que andarme con ojo.