San Jorge 5a

8:30.
El dia no comienza muy atractivo. Oigo llover desde la cama con bastante fuerza. Lo del anticiclon de las Azores es mentira, pienso por decir la tonteria de la mañana.
El hostel está bien en cuanto a instalaciones. Todo muy nuevo, limpio, etc. Pero tiene algo raro que no me acab de gustar. Está en una carretera, apartado de cualquier civilización cercana (o eso parece, aun no conozco nada).
Me levanto, me ducho y pregunto por desayunar. Allí no hay nada, ni pagando. Me manda a la gasolinera de abajo. A la tipica cafetería de gasolinera cutre, donde me encuentro a los típicos currantes de pueblo bebiendo cerveza en la barra (son las 9:30h), di que sí. El camarero, por llamarlo de alguna manera, me ignora todo lo que puede hasta que ya no tiene escapatoria. Suco de Laranja? No tengo. Tostada? No tengo. Cafe com leite? Si. Completo mi desayuno continental con un cafe con casi todo leche, zumo de melocoton de bote y napolitana de chocolate que llevaba allí desde la última erupción volcanica de la isla. Desayuno en una mesa con restos de tabaco rodeado de currelas tomando cerveza. No siento ser bienvenido.
El día no invita a hacer mucha cosa, pero algo debo inventarme