El vuelo sale con unos 30 mins de retraso. Casi lo prefiero. No tengo ninguna prisa en llegar al aeropuerto de Jedda a pasar 6 o 7 horas de madrugada.
15:30h. El avión se pone en marcha atravesando todo el aeropuerto de Barajas. De la T1 a la T4 satélite. Deja de llover. Sale el arcoiris y al momento se asoma el sol tímidamente. Sale para despedirse. Me lo tomo como un guiño, un hasta ahora. Buen presagio.
No tenía muchas espectativas respecto a la compañía Saudia. Había leído malas críticas (aviones viejos, pocos servicios, rollo musulmán extremo..), pero la verdad es que por ahora bien. El avión es nuevo. El checking me lo ha hecho un hombre majo que me ha dado asiento en una fila solo. Así que ahora mismo, después de 3 horas sentado civilizadamente, acabo de ocupar las 3 plazas incivilizadamente estando pseudotumbado con las piernas en alto. Genial.
Aterrizamos en Jedda, esa ciudad de la que no había oído jamás nada. Me recreo mirando las luces de la ciudad por la ventana. Una vez desembarcados del avión ya se percibe que es un aeropuerto pequeño aunque con mucho tránsito. Bastante precario, en comparación con un gran aeropuerto internacional. Éste se parece más a uno de isla pequeña. Tardo pocos minutos en ver que aquí en Arabia no se andan con tonterías. Caras de mala leche, imponentes y dado el desconocimiento de prácticamente que rollo llevan aun mas cauto y respeto por mi parte. Me hacen abrir la mochila cono si llevara algo muy peligroso. De repente saca el rollo de cinta de embalar (celo transparente) que he usado para precintar la mochila como hago siempre. La tira con mala leche a una papelera. Pregunto que porqué? Y otro hombre me hace señas amigables de "no insistas y lárgate". Le hago caso riendome por dentro por semejante chorrada, aunque "contento" por que solo sea una simple cinta de embalar.
La sala de emebarque es minuscula. Como la sala de espera de un hospital. Gente amontonada, jaleo, ajetreo y una ensordecedora megafonia que no calla ninun segundo. Valoro situación y me mentalizado que no voy dar ni una simple cabezada. Avisto un asiento/amaca que te permite tomar posición semitumbada y a por él voy. Bueno...al menos tengo sitio y aunq incomodo de huevos puedo estar estirado.
No tengo agua, la he tenido que tirar y este lujoso aeropuerto no tiene fuente. Visualizo opciones y acabo comprando una botella de 500 ml por medio dolar, que recurro a pagar con uno se los 2 dolares que había en el pasaporte.
Me instalo de nuevo en mi sitio, tiro de mi kit supervivencia de frutos secos oara cenar algo y le veo una película en el móvil.
Se hace pesada la espera, a punto de dormirme cuando un super revuelo se amontona ante la zona de embarque del vuelo a Manila.
Ya sentado en el avión, en mi sitio raro. Justo en la cola del avión donde se estrecha por su diseño pasan de 3 sitios a 2. Con el consecuente reaprovechamiento raro del especio. Voy medio de lado con poco espacio. El avión va full así que no hay opción. Podría ser peor, o eso pienso ahora. Veremos a ver dentro de 9 horas.
Voy a intentar dormir.
11:22 hora española.
Sobrevolando Laos y Vietnam con cara de sueño. He dormido al menos 3 horas. Tiempo en el que tu cuello va crujiendo en cads posición y tus piernas encuentran huecos para estirarse donde era impensable meterlas.
Queda solo 1h para llegar. Acabo de comer y allí son las 18:30.
Sobrevolando Arabia me ha impresionado el paisaje. Vamos a 10.000 metros de altura y parecía que estabamos a excasos 1000 o 2000 m. Paisaje lunar, desertico, hostil, nada de civilización, salvo circulos raros y lines demasiado rectas. Intuyo que son tuberías de petroleo o gas y los circulos algun sistema de almacenaje o extracción. Llama la atención ver una parte así del planeta. Incluso ds un poco de miedo de la hostilidad del paisaje y sobre todo de lo que se debe cocer ahi abajo. Grandes dominios del planeta vendrán de ahí.
Salí de día, vi anochecer en el avion llegando a Arabia, salí de noche, he visto amanecer en sobrevolando Arabia y ahora veo anochecer de nuevo sobrevolando el mar de China.
Bueno, 1h para llegar. Comienza la gincana de recuperar mochila (espero que todo bien), cambiar algo de dinero para hoy y salir a la realidad de un país donde eres carne de cañon. Esta vez voy andando al hostel. A ver si me encuentro.
Todo sale bien. Con una naturalidad que no imaginaba. Mochila bien, cambio de dinero correcto y rumbo al hostel sin incidencias.
En cuanto tomo rumbo por la calle me da la bien venida la característica humedad, los olores a comida, los sonidos a motores y bocinas incesantes de los coches, motos, tuc tucs (triciclos aquí), etc. De repente una sensacion de libertad se apodera de mi. Seguida de una sonrisa y un nerviosismo del bueno. Felicidad se llama. Me siento agusto y feliz. Quizá no sea tanto por estar donde estoy, si no por sentir que estoy donde quiero estar. Eso me hace libre, avanzar, lo cual se traduce a estar agusto.
Miles de recuerdos de Indonesia me vienen a la cabeza con trazas de Tailandia, Laos y Camboia. Realmente hace justo 5 meses andaba muy cerca de aquí viéndomelas en situaciones identicas.
Llego al hostel como si supiera de toda la vida donde es habiendo caminado por la calle con total naturalidad y confianza.
Es una mini casa de 3 alturas. La mía es la última. Una boardilla con una cama de palets en el suelo, algun armario pequeño y una mesilla con lampara y ventilador. Me parece perfecta. Limpia y acogedora. Me siento en casa ya. Ducha y tomar mi primera cerveza Filipina.
Cerveceo con picoteo de guarrada de bolsa local. Charlo con pareja de alemanes y chaval agregado holandes. Ingles nivel conversación fatal.
Ceno nuddles de esos prefabricados rollo yatekomo y a dormir. Estoy muerto.
Me asombra la energía que puedes desprender cuando todo marcha bien. Cuerpo sabio. Sabe lo que le gusta y lo que no.
Buenas noches.
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